Bueno, creo que está será una de las primeras reseñas que
voy a hacer, si es que la puedo llamar así. Siempre he comentado libros, pero
no eran más que palabras sueltas que se perdieron con el viento al charlar con
una amiga compartiendo nuestra pasión por leer.
Y por qué me he decidido por este libro, bueno, al leer
pequeños trozos que la autora ha dejado en el facebook, me quedaba con las ganas
de leer más. Y cuando lo busqué en Amazon y tras leer las primeras páginas que
allí presentaban, no pude quedarme con la intriga de saber lo que iba a ocurrir
y lo compré. Y no ha tenido desperdicio.
Quizás también se deba a que María es argentina, como yo, y
al leer pasajes de la historia nombrando lugares que me traen recuerdos de de
Buenos Aires, como lo son la calle Libertador, la casa en Belgrano cerca de una
embajada y puerto Madero con sus imponentes edificios, me hizo también buscarla.
Lo que sí sé es que el título me ha atraído mucho, entendiendo
por arte todo aquello que podemos crear con nuestra imaginación, como es la
pintura en el caso de la protagonista en esta historia. Y al decir dueño no
pude menos que pensar en posesividad, y no me he equivocado. Y es que el arte
en sí me atrae, en todas sus formas.
El dueño de mi arte ha resultado ser una historia que me ha
mantenido enganchada en todo momento, y con ello digo que me la he leído en tan
solo un par de horas. No podía dejar de hacerlo, atenta a cada cosa que iba
pasando, al esperar las reacciones de los protagonistas.
Tengo que reconocer que la forma de escribir de María me ha
sorprendido mucho. Escrita en primera persona, desde el punto de vista de la
protagonista, la historia no pierde la intensidad de los momentos que ella está
viviendo y puede verse plasmado también en esa forma de expresarse, lo que los
demás personajes sienten. Y no solo eso, incluso lo que cada uno representa en
su vida, de tal forma que pude visualizar todo en mi mente.
No puedo hablar de los personajes en sí, porque sería meterme
en la historia y comenzar a contar sin reparar en que lo lindo es ir conociéndolos
a medida que vamos leyendo. Simplemente diré que Julieta es una joven que me ha
impactado con su forma de ser y que con Lautaro he sentido momentos en que
logré pensar lo mismo que ella, por lo arrogante y posesivo que era, pero que
llegué a quererlo después de todo.
El final, antes del epílogo, es lo que más me ha encantado y
enamorado de esta historia. Y no digo mucho más para no arruinarles el momento
a todos aquellos que la quieran leer.
Recomendarla ya lo he hecho y lo vuelvo a hacer. Una bella
historia. Un hermosa historia de amor.
Espero que la puedan disfrutar tanto como yo al leerla y que
estas pocas palabras que he expresado hayan servido para que se animen con
ella, aunque no sé si he sido muy explícita.
Simplemente me queda por decir, ¡GRACIAS, María! Por hacerme
pasar un hermoso día de sábado.
Cariños a todos, Mimi.
Mimi, no sabés lo contenta que me pone que te gustara la historia de Julieta y Lautaro. Miles de gracias por la reseña tan hermosa que le hiciste a El dueño de mi arte. Por ser la primera que hacés, te quedó muy bien, te felicito.
ResponderEliminarMe alegra que seamos compatriotas.
Ojalá pueda volver a entretenerte con una próxima historia.
Cariños.
¡Hola!
ResponderEliminarUna excelente reseña para un libro precioso. Tuve el gusto de conocer a Julieta y Lautaro y en verdad me sentí del todo envuelta por su romance y la forma tan bonita que tiene María de llevarnos por la historia. Ha sido un placer leerte.
Besos y felicidades para ambas.